Amelie

Esta peli me gusta mucho. Suelo recurrir a ella cuando me siento con ganas de ver algo lindo, light. No quiero decir que me parezca una peli ligera, al menos como me perecen las comedias gringas, pero me parece bastante fresca y fácil de digerir. Cuando pienso en Amelie, pienso en cada una de nosotras, en Ícaro, en Lilit, en otras Olivias, en tantas mujeres que andamos por ahí, luchando desde nuestra trinchera, intentando hacer que la vida se más llevadera, sobre todo para otros.

A veces, como Amelie, sentimos pánico de enamorarnos, sabemos que seríamos muy felices pero no tomamos el riesgo, vemos las cosas de lejos, como la chica del cuadro que pintaba y volvía a pintar el vecino de Amelie, tenemos las miradas perdidas y esperamos algo que no llega porque de pronto no dejamos que llegue.

Me gusta mucho la peli, adoro la banda sonora de Yann Tiersen, me encantan esa frescura y ese romanticismo de Amelie, me alucina ese París que se descubre entre barrios, estaciones, puentes, parques.

En fin, es lindo el discurso de la peli. Tengo muchas escenas de Amelie grabadas en la mente. Mi escena favorita es cuando Amelie al fin se decide a citar a Nino en el lugar donde ella trabaja, pero cuando él llega gana la cobardía y ella no se atreve a mostrarse y se diluye, se convierte en agua que cae al piso. Adoro esa escena.

También me llama la atención el símbolo del duende del padre de Amelie, ese que le recuerdo tanto a la mamá, ese que de pronto desaparece de la casa y aparece en varias fotos desde varias partes del mundo, y al final convence al papá de viajar.

Me gusta mucho el álbum de fotos que colecciona Nino, ese que busca un significado en ese hombre que se toma miles de fotos por todo París. Me gusta mucho Amelie guardando piedras en el bolsillo.

En fin, hay muchas cosas que me llegan en esta peli. Salud por todas las Amelies que andan por el mundo.